miércoles, 25 de abril de 2012


Honrarás a tu padre del Nuevo Periodismo.
Por: Viviana Suárez L.

    Las miradas de los asistentes rebozaban curiosidad, revelaban una expectativa desmesurada que no apaciguaría sino hasta cuando el evento terminara. Todos contaban con un aparatito pequeño, una herramienta útil para quienes no sabían inglés. ¡Pero qué maravilla esta tecnología tan avanzada! No sabía que existían los traductores simultáneos en forma de radiecito, dijo un joven que se encontraba realizando la fila. Quien haya inspeccionado a cada una de las personas que se encontraba en aquella fila de espera, bien pudo haber sacado conclusiones como que, de acuerdo a la ansiedad que todas las caras delataban, se trataba de la cola para ingresar al backstage de un concierto de rock y que esas personas estaban a solo unos cuantos minutos de conocer a su personaje favorito. Eran jóvenes, casi todos vestían ropa que evidenciaba un gusto más bien exquisito y, de paso, a todos les colgaba una cámara profesional del cuello y en la mano llevaban una libretita para guardar autógrafos. Cual periodistas que toman nota y están pendientes de que no se les escapen las palabras más relevantes cuando hacen el cubrimiento de un evento importante; o de captar la escena clave con la cámara para guardar imágenes que respalden el reportaje.

    Entraron con un salvajismo mitigado por la cordialidad y la cortesía que les exige la urbanidad de Carreño, pero a todos los delataba la mirada que competía por conseguir una silla en las primeras filas del auditorio. Una vez sentados, todos atentos a que el evento empezara, se escuchó  una oleada de aplausos que se originaban desde la puerta por la que todos habían ingresado al lugar. Se trataba de la entrada triunfal del tan esperado personaje, un viejito que llevaba puesto un traje verde impecable con unos mocasines del mismo color que combinaban a la perfección con un sombrero beige cubriendo sus canas.  No uno de turista como esos que suele usar Woody Allen, sino uno que desvelaba finura y elegancia.
     
    La juventud se levantó de sus asientos en tanto lo vieron caminar hacia el escenario, acompañado de dos personas que dirigían y escoltaban su trayecto desde la entrada, atravesando todo el auditorio José Asunción Silva del Centro Internacional de Negocios y Exposiciones de Bogotá  –Corferias–. Su andar era más bien el de una persona que rodea los cincuenta, máximo sesenta años de edad; no revelaba los ochenta que carga consigo. Ahí estaba Gay Talese, asediado por un público inquieto que no paraba de disparar los flashes de las cámaras contra su humanidad, pero con una vitalidad tal, que fácilmente se podía comparar con la de cualquier asistente.
Rodrigo Pardo García, director de noticias RCN, lo esperaba en el escenario. Él era el encargado de compartir algunas preguntas con la leyenda del periodismo viva, que dieran rienda al desarrollo de una conversación agradable.  La charla duró un poco más de una hora. Sin embargo, solo hubo espacio para unas cuantas preguntas que llevaban a don Gay Talese a regarse en respuestas exquisitas para todos los amantes del Periodismo puro, del admirable, del que mezcla elementos estilísticos que se creían propios del género literario con descripciones de situaciones de interés general, logrando textos cargados de elocuencia y de finura sintáctica comparables a las de un cuento de ficción. Ese que hacen llamar “Periodismo de no ficción” o “Nuevo Periodismo”, del que dicen Gay Talese es uno de los principales precursores -cosa que le incomoda un poco-, consiste, en esencia,  en buscar historias nimias y contarlas de manera tal que mezclen elementos con los cuales cualquier lector logre identificarse. Una historia de carácter universal, que contenga detalles que impregnan la cotidianidad del ser. Una historia que vele por mantenerse fiel a la verdad. Una historia que hable de las personas, que se acerque a ellas. Una historia que provenga de eventos privados, no de la esfera pública. Una historia que no aspire ser un headline sobresaliente, sino que solo quiere ser contada. En fin, historias ordinarias de gente ordinaria, que no son noticia, pero que parecen una por la manera en que son contadas. Eso es lo que hace el “Nuevo Periodismo”.
    Por momentos se esclarecía tanto su forma de pensar a través de los ejemplos que proporcionaba acompañando sus respuestas, que parece un poco descabellado pensar en que Gay Talese tuvo como principal propósito incitar a los jóvenes periodistas a escribir sobre el escándalo de las prostitutas en la Cumbre de las Américas realizada en Cartagena; como lo afirmó  un diario bogotano[1] (Publimetro) al día siguiente de la charla realizada el veintiuno de abril. Ese diario lo afirma, pero no es deducible que el ejemplo que dio Gay Talese con las prostitutas fuera lo más relevante de su discurso. Antes bien, si lo fuera, de inmediato entraría en contradicción con lo que él más defendió en la charla: el sensacionalismo –como es el Periodismo de hoy en día–, no debe ser catalogado como Periodismo.
    Sus palabras estuvieron cargadas de acicates para el público asistente –estudiantes de Periodismo de diferentes universidades de la capital–, además de una patente crítica a la manera de hacer Periodismo en la actualidad. Afirmó que la mediocridad está carcomiendo a aquellos quienes dicen ser periodistas, alimentados por la facilidad que les brindan las herramientas tecnológicas que les limita cada vez más el campo de interacción con la situación de la que van a escribir una historia, más específicamente: con la gente de la que van a hablar en esa historia. Una de las frases que más retumbaron en mis oídos es la siguiente: “You have to be with the people you’re writing about”. Esto significa acercarse a las personas sobre las que el periodista va a escribir. No utilizar ningún medio que aleje a la persona. Cualquiera dirá que a Talese le seduce la Antropología, y quién quita que tenga razón. Al usar una grabadora de voz, decía Talese, se queda la impresión que se está obteniendo información precisa. Pero no. Lo que la gente dice no es justamente lo que piensa. Las personas no hablan con sentido. Hay que acercarse a ellas. No verlas como un objeto al que podemos grabar y luego escribir historias y noticias a partir de eso. Hay que respetarlas. Hay que verlas como clientes. Hay que servirles. A través de las grabaciones de voz se pierde el arte de escuchar. En este sentido, se pierde la relación entre el escritor y la persona. Se pierde la interacción.
    El público permaneció en silencio mientras la leyenda respondía las preguntas del periodista. Claro, reían cuando había que reír porque al buen maestro no se le escapó una dosis de humor en cada respuesta. A otras personas, como a mí, suscitaba más ternura que carcajadas cada vez que lanzaba un chiste. Con cada referencia  a situaciones cotidianas, como el ejemplo de aquéllos artistas que jamás serán conocidos por quienes son realmente, como el saxofonista, a quien se refirió como “un artista sin público”; demostraba que solo basta con un poco de imaginación para lograr escribir una buena historia. Ni siquiera es necesario viajar para llegar al lugar de “LA” noticia, sino que se puede escribir acerca de cosas comunes, de lugares comunes. Transformar gente ordinaria en historias extraordinarias.
    Me quedaría citando más momentos dignos de resaltar de aquélla conferencia, que deja a cualquiera volando entre ideales que para muchos parecen utópicos. Para algunos otros, como a mí, más bien parece un reto. Eso sí, algo idealista, pero, al fin y al cabo, un reto que representa una travesía hacía un periodismo diferente al que se practica hoy en día en Colombia. En unos años, revisaré en retrospectiva qué tanto he tenido en cuenta a la hora de la práctica, esas palabras de Talese que tanto atraparon mi atención, esa invitación a contar la verdad, a vestirse para la historia, a involucrarse directamente con los personajes –un trabajo casi antropológico, por cierto–, a no utilizar intermediarios tecnológicos de algún tipo para acercarse a una historia, a aportarle algo de ti a la historia en la que te sumerges a escribir, a impregnarse del querer ser honorable en la profesión, a respetar la profesión que te emplea, a querer ser un artista en la escritura y un artista en aparentar ser respetable. A ser un periodista.

viernes, 20 de abril de 2012

La formación de individuo a través de los sistemas de comunicación.

Ramón  Reig, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla  nos habla en el video "los conglomerados mediáticos" sobre la transformación en el concepto de empresa de prensa o conglomerados desde el SXIX hasta lo que es definido hoy en día: un gran conglomerado empresarial que tiene la capacidad de difundir, globalmente, noticias de interés.

También habla de los principios que  como empresas tienen los conglomerados mediáticos y es que, no podemos olvidar que estas empresas también están regidas por la oferta y la demanda, y que como tal,  muchas veces se ve al ciudadano como un consumista nato, perdiendo su sentido humanista, sin tener en cuenta que, a éste último también sele puede inculcar una cultura crítica.

Uno de los problemas que encuentra Reig es que al desentrañar la esfera comunicativa y ver que son meramente empresas que, así como unas venden zapatos, éstas venden noticias, existe, dentro del problema de la deshumanización de la mass media la falta de racionalización que puede inculcarse, y en cambio, se domina a partir de la emotividad y de la angustia que corre como temas centrales como muertes, masacres, desastres, en donde por lo mismo los sujetos se ven fijados a una agenda en la que les es poco posible entablar un sentido crítico sin dejarse llevar por la emotividad, provocando descontextualización y morbo.

La fijación de agenda es clave, si a las personas se les da otra información, o enfocada desde puntos de vista más humanistas o con más corrientes, es posible construir mejores ciudadanos, pero la concentración de poder muestra una falta de pluralismo dentro de la información, y aunque en la actualidad  exista mucha información con la revolución de la red 2.0 y de los medios masivos, el reto del ciudadano es seleccionar.

La censura ya no se da en el silencio sino en la hyperinformación, con tanta información, inclusive los medios alternativos aunque se crean alternos, también están inmersos dentro de este sistema y es muy probable que así como ya no se sabe en que confiar, se termina no leyendo nada.

Entonces, ¿cuál es la solución?
Informarse y formarse: cultivar una lectura crítica, olvidar la osciosidad, formar consciencia y opinión, olvidar que existe un pluralismo y una diversidad.


Para ver el video,Ver acá.



¿Por qué comprar medios de comunicación?



Al comprar un medio de comunicación, no se está comprando una empresa cualquiera. Se está comprando una industria cultural, y a través de ésta, aquél que la está adquiriendo obtiene, además de un aumento en sus ganancias (pues es una buena inversión), algo mucho más valioso: poder simbólico. Los medios de comunicación tienen el poder, como se había dicho en las entradas anteriores, de producir símbolos, determinantes en la interacción de los individuos y en todo tipo de actividad.  

Juan Carlos Gómez, profesor de la Universidad de la Sábana dice que "Las movidas de los empresarios al entrar a ese sector, tiene que ver con la 'posibilidad de ampliar su capacidad de influencia y de poder. Cuando buscan estos fines, dijo el experto, no lo hacen solo desde la perspectiva económica, sino también desde la simbólica y es precisamente allí donde un medio de comunicación puede parecer una inversión llamativa." [1]

Los medios de comunicación, al tener poder simbólico, respalda el poder económico de las empresas que invierten en ellos, y además, amplía su influencia y su poder político; y, por otro lado, le da ganancias. Como se puede ver, comprar un medio de comunicación significa comprar un gran poder en todos los ámbitos.

En cuanto al cambio en la línea editorial de los medios cuando pasa de ser de una empresa a otra, generalmente esto sólo es evidente a largo plazo. El experto Mario Morales, en referencia a la compra de Luis Carlos Sarmiento a El Tiempo, dice que “las posibilidades de cambio en términos de línea editorial no se verán a corto plazo”. [2] Poco a poco se van haciendo evidentes los intereses de la empresa que obtiene al medio mientras lo va utilizando para aumentar su influencia.



[1] La República, Los 16 grupos económicos que están detrás de los medios de comunicación en la región. (http://www.larepublica.com.co/node/6493)
[2] La República, Los 16 grupos económicos que están detrás de los medios de comunicación en la región. (http://www.larepublica.com.co/node/6493)

“Industria cultural y los conglomerados: monopolio de la cultura”

La comunicación de masas tiene varias características, entre ellas, un fenómeno nuevo conocido como industria cultural. Éste consiste en que bienes culturales inmateriales como símbolos y conocimiento son producidos y consumidos de la misma manera en la que funciona un objeto de consumo en la economía de mercado capitalista. Las industrias culturales son entonces empresas capitalistas como cualquier otra que persiguen la rentabilidad con la creación unos productos culturales y también con la fidelidad de las audiencias (que finalmente también ofrecen como un producto más a las empresas de publicidad)

Esto es problemático porque las empresas de comunicación que tienen como función social comunicar y producir bienes culturales de calidad  que sean representativos de la comunidad a la cual son dirigidos dejan este objetivo a un lado, lo ponen en un segundo plano y la prioridad se convierte en que éstos productos culturales sean rentables y capten la atención de las audiencias, sin importar cuál sea su calidad y cuál sea su posible efecto sobre la sociedad.

A este problema se le suma el hecho de que la comunicación, fundamental y esencial para toda interacción social (y aquí están incluidas actividades económicas, políticas  y sociales), es un campo en el cual se construyen discursos, significados y sentidos, todo esto a partir de un capital cultural (símbolos). Si éstos bienes culturales, fundamentales para la interacción social, funcionan como cualquier otro bien en el mercado, implica que no todos pueden acceder a ellos: sólo aquellos con poder adquisitivo pueden hacerlo. [1]

¿Qué pasa con los demás? ¿Qué sucede con su identidad? Y más preocupante aún: ¿qué pasa si son sólo unas pocas empresas las que están encargadas de producir bienes culturales, excluyendo a la mayor parte de la sociedad y disminuyendo su capacidad de producir símbolos y representaciones esenciales para la comunicación y la interacción? El poder simbólico y otros bienes culturales, determinantes para la comunicación, quedan en manos de sólo unas cuantas empresas en todo el mundo.

Éstas eran las preocupaciones que se presentaron en el informe de McBride y a las cuales se les quería dar una solución. McBride considera el derecho a la comunicación “no sólo desde el aspecto pasivo de recibir la información sino también todas las libertades que tienen los individuos y las sociedades de acceder y participar en los flujos de información en ambos sentidos.”[2] Y esto, en la forma como se están manejando las empresas de medios, no se está garantizando; no se está permitiendo.

Por eso, entre las sugerencias que se hacían para garantizar este derecho era la creación de políticas públicas que permitieran a todos participar de la comunicación en el país al que pertenecen, y al participar en ella, poder tomar un papel importante en la producción de su propia cultura. Se trata de 
Una política de comunicación que legitime la comunicación como elemento que sirve a la gente y responde a sus necesidades. (...) Una política que no sólo vele por la propiedad privada de las empresas encargadas de las lógicas de mercantilización de las industrias culturales, sino también por el derecho de acceder libremente a los bienes culturales que forjan la identidad de los individuos. [3]
En este aspecto, en Colombia no se ha logrado mucho, sin embargo, se ha intentado. A pesar de que hay políticas que incentivan pequeñas empresas privadas de comunicación, son sólo unas empresas las dueñas de la mayoría de los medios. 

[1] Comparar con Enciso Camacho, Emanuel. Las políticas de comunicación en el marco de las industrias culturales plantean actualmente un debate en torno a la democratización en el acceso de los bienes culturales. p. 3
[2] Enciso Camacho, Emanuel. Las políticas de comunicación en el marco de las industrias culturales plantean actualmente un debate en torno a la democratización en el acceso de los bienes culturales. p. 4
[3] Enciso Camacho, Emanuel. Las políticas de comunicación en el marco de las industrias culturales plantean actualmente un debate en torno a la democratización en el acceso de los bienes culturalesp. 8

jueves, 19 de abril de 2012

“Informe McBride: Voces Múltiples, Un Solo Mundo"

“Informe McBride: Voces Múltiples, Un Solo Mundo"

Por: Juana Teresa Callejas.

Hasta los años cincuenta la Unesco tenía una postura frente a la comunicación respaldada por los postulados de derecho de la información. Sin embargo, en la década del sesenta se empezó a indagar  sobre temas relacionados con la estructura de la comunicación a partir de la publicación de los primeros documentos estadísticos sobre los más media. De esta forma, se empezó a plantear la necesidad de elaborar una nueva ideología o paradigma que respondiera a los estudios de comunicación. Finalmente, este propósito concluyó con la publicación del Informe MacBride en 1980.

La XIX Conferencia General de la Unesco, llevada a cabo en Nairobi en noviembre de 1976, planteó la creación de  una comisión de expertos cuya misión y propósito sería el estudio de los problemas de la comunicación. En 1977 se conformó entonces  La Comisión Internacional para el Estudio de los Problemas de la Comunicación, la cual estuvo liderada por el irlandés Seán MacBride, premio Nobel de la paz y presidente de Amnistía Internacional. El resto de la comisión estaba conformada por periodistas, diplomáticos, escritores y académicos.

El Informe final de la Comisión, posteriormente conocido como el Informe McBride, fue  presentado en 1980 ante la XXI Conferencia General, llevada a cabo en Belgrado. Este, estuvo fundamentado en cinco temas principales:

El primero; comunicación y sociedad: dimensión histórica e internacional. El segundo comunicación hoy: medios de comunicación, infraestructuras, integración, disparidades, propiedad y control. El tercero, las preocupaciones comunes: relativas a la circulación de la información, al contenido y la democratización de la comunicación. El cuarto, el marco institucional y profesional: políticas de comunicación, recursos materiales, investigación, profesionales de la comunicación y normas de conducta. Por último, La comunicación mañana: conclusiones y sugerencias, y aspectos pendientes de una investigación más profunda.[1]
Por otra parte, este Informe generó debate acerca de la situación de desequilibrio en que se encontraba la comunicación entre los países desarrollados y los subdesarrollados, problema que se le atribuía al vínculo entre la comunicación y los modelos socioeconómicos y culturales, las cuales le dieron a los problemas de la comunicación un carácter político. También generó debate en materia de defensa de la democratización de la comunicación y de la formulación de políticas públicas que garantizaran la diversidad de voces, limitando a los monopolios, defendiendo los derechos de los informadores y de la libertad de prensa. Además de políticas que promovieran y apoyaran el desarrollo de las infraestructuras necesarias para el desarrollo de la comunicación en el mundo[2].

El informe MacBride propone el concepto de unidireccionalidad de la comunicación, el cual plantea que “la comunicación es un intercambio permanente entre interlocutores iguales o al menos recíprocamente responsables. La comunicación basada en un intercambio y un diálogo libres, no solamente es más auténtica y más humana, sino que además constituye una mejor salvaguarda de la armonía social[3].

Por otro loado, el informe McBride afirma y denuncia que hay un tipo de circulación vertical y otra horizontal de la información, producto de la industrialización que estimula la concentración de la comunicación mediante la formación de monopolios. Este tipo de concentración consiste de tres puntos principales; el primero en una integración horizontal y vertical de empresas dedicadas a la información y al entretenimiento. El segundo en la  participación de empresas pertenecientes a ramas distintas de la comunicación, en medios, como compañías aéreas, empresas mineras, cinematográficas etc. El tercer y último, se refiere a la fusión de diversas industrias de la información es decir a la creación de grandes conglomerados que reúnen múltiples medios de comunicación social[4].

Este último punto  profundiza acerca de las causas y consecuencias de la concentración, provocada sobre todo por las condiciones que rigen la obtención de beneficios en los mercados nacionales y mundiales, y por la circulación de capitales. Por otro lado, generan  la existencia de periódicos que no responden a una necesidad económica o social precisa, y generan una fuerte tendencia hacia la homogenización de la información, los mensajes y el contenido y hacia una uniformización de los productos culturales. Además, las medidas administrativas, financieras y las normas fiscales generan deterioro  en las empresas independientes[5].

En materia de la transnacionalización de la comunicación, el Informe MacBride, plantea  que este fenómeno ha afectado a todo el sector de la comunicación,  generando que esta industria responda en su mayoría al control de núcleos hegemónicos ubicados en su mayoría en los países desarrollados. “Los medios de comunicación transnacionales ejercen una influencia capital sobre las ideas y las opiniones, sobre la evolución, para bien o para mal, de todas las sociedades.[6]

Por esta razón, este Informe señala que las empresas transnacionales tienen que asumir (y la sociedad debe exigirles) una responsabilidad especial, debido al poder hegemónico que tienen sobre la información razón por la cual, hacen parte de la estructura que determina el desarrollo de los modelos económicos y sociales.

Bibliografía:
 Esteinou, Javier. “El Rescate del Informe Mc Bride y la Construcción de un Nuevo Orden Mundial de la Información”. Disponible en línea en la http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n39/jesteinou.html#Je.
Tresserras , Joan Manuel . “Presentación: 25 años del Informe MacBride. Un diagnóstico audaz y controvertido sobre la comunicación”. Disponible en en línea en la http://www.portalcomunicacion.com/informe_macbride/esp/articles_m_det.asp?id_content=13&id_article=1.
           



[1] Ver en: Tresserras , Joan Manuel . “Presentación: 25 años del Informe MacBride. Un diagnóstico audaz y controvertido sobre la comunicación”. P. 1.
[2] Comparar con: Esteinou, Javier. “El Rescate del Informe Mc Bride y la Construcción de un Nuevo Orden Mundial de la Información”. P.1
[3] Ver en: Esteinou, Javier. “El Rescate del Informe Mc Bride y la Construcción de un Nuevo Orden Mundial de la Información”. P.1
[4] Comparar con: Esteinou, Javier. “El Rescate del Informe Mc Bride y la Construcción de un Nuevo Orden Mundial de la Información”. P.1
[5] Comparar con: Esteinou, Javier. “El Rescate del Informe Mc Bride y la Construcción de un Nuevo Orden Mundial de la Información”. P.1
[6] Ver en : Esteinou, Javier. “El Rescate del Informe Mc Bride y la Construcción de un Nuevo Orden Mundial de la Información”. P.1

Cápsula informativa: Los conglomerados y la democracia.

Gracias a la calidad de los avances en cuestiones políticas a nivel global, incluyendo la revolución del SXX y la nueva concepción de la esfera pública que se ha venido reformulando, es menestér mencionar la interacción existente entre los conglomerados de comunicación y estados democráticos, en donde, así como la libertad de prensa es considerada un derecho,  en la realidad existen a influyen muchos más factores dentro de este tema, como la censura, la mercantilización de la noticia, el amarillismo, la publicidad, la ciudadanía crítica, entre muchos otros. 


Croteau y Hoynes nos muestran que los conglomerados de comunicación a lo largo de la última década han aumentado y se han caracterizado por el cambio tecnológico, el avance en las herramientas de acceso (libros, internet, revistas,iPads); el consumo constante de información por parte de los individuos, la aglomeración de medios para mayor calidad de información y a su vez mayor divulgación (1) .

La expansión de la información tanto económica como globalmente, y gracias a su carácter derentabilidad dentro de la sociedad, ha provocado que el ejercicio de "lo noticioso" se vea permeado de laespera pública, el poder, en donde las dos se ven influenciadas una a la otra.

La divulgación y este caso específico, los conglomerados, han servido como una fuente de conocimiento no sólo de aconteceres políticos sino de educación, cultura, hechos de relevancia social, entre otros, y así como se tiene el poder de poner en conjunto todos los hechos sociales mediáticamente agendados, se creería también agente de formación de cultura cívica, en donde la ciudadanía tuviera espacios de crecimiento social, pero la realidad es otra.

La cuestión del monopolio es algo que no puede ser inherente al hablar de conglomerados, y eso por ello que, de una u otra forma, son esos presceptos económicos los que no permiten que se de una realización formal deespacios en los que se den a conocer las políticas estatales y en nuestro caso particular, democráticas.


¿Hasta qué punto se puede permitir que los medios de comunicación masiva solo programen la agenda creando individuos consumidores mas no crïticos frente a las politicas estatales?

1.Ver David Croteau y William Honyes, The Media Business. Corporate media and the public interest. Pine Forge Press, Estados Unidos 2001. P. 4. 


miércoles, 18 de abril de 2012

Mapa de los conglomerados en la región

Para dejar un poco más claro cuáles son los grupos de medios de comunicación y los conglomerados influyentes en Colombia, y de paso, en América Latina, les dejamos este mapa. (Tomado de La República, Los 16 grupos económicos que están detrás de los medios de comunicación en la región, miércoles 4 de abril de 2012. http://www.larepublica.com.co/node/6493)

Caracol Radio es de Prisa; Caracol Televisión y el periódico El Espectador son del grupo Santo Domingo; RCN (Radio y televisión) son de Ardilla Lulle; y Casa Editorial El tiempo, antes del grupo Planeta, ahora va a pasar a ser del empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo.

"Estructura de los medios de comunicación en Colombia"


Por: Daniella Vásquez Guzmán


Estructura de los medios de comunicación
en Colombia
 


Los medios masivos de comunicación en Colombia, en el transcurso de la historia se caracterizan por tener una esencial propensión en convertirse en conglomerados (multinacionales). En cuanto a, los medios de comunicación como: La prensa, la radio y la televisión, empezaron a surgir a partir de objetivos o fines políticos. Así, las empresas que se formaron –la mayoría familiares- se introdujeron en el método del capital, ya que, el país estaba cambiando su economía y los medios de comunicación que principalmente eran empresas familiares, empezaron a ser industria comercialmente activas.


Es decir, que ese cambio del que se habló anteriormente de los medios de comunicación en Colombia, surgió en tres formas fundamentadas: En primer lugar, la relación que se tenía con familias que tenían poder político, la función era que ayudaran a la política en su difusión y su representación. En segundo lugar, era la tensión que se creaba por la oposición entre lo público y lo privado en el contexto de la transformación cultural por la nueva tecnología, de ahí que se origino el primer punto. En tercer lugar, fue el hecho de la transformación de los medios de comunicación en empresas; ya que el único que le competía era atender la demanda de información y entretenimiento que el público quería.

De tal manera que, en ese trayecto los medios de comunicación que estaban totalmente introducidos en su función como empresas, compran otros medios o venden sus empresas a multinacionales. Asimismo, cambian los contenidos para así poder llegar y cumplir con la demanda de más públicos. No obstante, eso no significa que los contenidos sean de mayor o mejor calidad.

Conforme a lo que se ha dicho anteriormente, en esa transformación de los medios de comunicación la estructura de propiedad no se ve alterada en su mayoría. La procedencia de estas, al principio de debió a monopolios familiares que llevaban de cerca una relación con la política y el Estado. Esto es, que se empezó a crear una congregación de propiedad coartada por los gobiernos que se encontraban en ese momento (de turno), así, fomento que la libre competencia fuera casi invalida. Como resultado las estructuras se mantenían cuando los medios ahora eran empresas.

De otra parte, cuando hubo una desintegración interna de las organizaciones o en cambio hubo una inclusión de personal en las empresas, cualquiera de estas dos, dieron pie para crear una perspectiva oligopólica en una o más empresas empiezan a regir la totalidad de os medios masivos de comunicación en Colombia.
En su momento se hará una explicación del proceso de transformación de algunos medios de comunicación en Colombia, estos son: La prensa, la radio y la televisión. Haciendo referencia en dos aspectos: El primero, es la transformación en empresas multinacionales y la segunda la concentración de la estructura de propiedad en conglomerados multinacional[1].

LA PRENSA


La prensa. Los periódicos y las estructuras de propiedad de la prensa:[2]

Conforme a un estudio que hizo la Universidad de Calgary, La Fundación Canadiense para las Américas (FOCAL) y el Centro Carter, con respecto al mapeo de medios en América; en otras palabras, en Colombia se encuentran cuarenta y seis periódicos: Dos son nacionales y los otros cuarenta y cuatro son regionales o locales. De otro lado, se encuentran también las revistas que son treinta y ocho: Unas comerciales de información y de entretenimiento. Entre ellas se nombran algunas como: Semana, Dinero, El malpensante, entre otras.

Según la fuente que he consultado, nombra tres tendencias que se observan en las publicaciones de los periódicos en Colombia. En primera instancia, ““la conformación de grandes conglomerados informativos que se han diversificado ganando presencia no sólo en el mundo editorial, sino también en el ámbito audiovisual y en el internet, lo que los convierte en empresas multimediales”. En segunda instancia, “la incorporación de capital originado por multinacionales ya sean nacionales o extrajeras que le dio un tono más económico a la prensa y lo llevo a abandonar de manera gradual  sus orígenes familiares y políticos para pasar a ser parte de las fluctuaciones económicas y a manejar las empresas de acuerdo con la oferta y la demanda de productos y servicios” y en tercera y última instancia, “la concentración de medios en determinadas empresas periodísticas y multinacionales que crean un oligopolio en el que por ejemplo el grupo Santo Domingo o Planeta, manejan gran parte de la edición de los distintos periódicos y revistas que circulan en el novel nacional””[3].
En pocas palabras, se entiende como un desarrollo en el que los periódicos ya no son únicamente de la propiedad de diferentes familias, sino que ahora hacen parte de multinacionales, en donde los intereses ya no son solo de nivel editorial, sino de otros niveles de mercado.


LA RADIO


La radio. Descripción y panorama de la radio en Colombia[4]:

El medio radial en Colombia es catalogado ´por el Ministerio de Comunicaciones sobre el principio de tres criterios: “Según la tecnología de transmisión (FM y/o AM, el tipo de programación (comercial, comunitaria o de interés público) y de acuerdo con si potencia de transmisión (KW)”[5].A su vez, el Ministerio de Comunicaciones sostuvo que en Colombia existen mil cuatrocientos cincuenta y uno emisoras que se efectúan en seiscientos tres municipios. (Ministerios de Comunicaciones de la República de Colombia, 2007).


“Según los datos del Ministerio de Comunicaciones, el 44 % de las emisoras colombianas es de tipo de comercial, de las cuales el 27% es propiedad o filial de RCN y Caracol (RCN posee 4 6 emisoras en AM y 4 1 en FM, mientras que Caracol cuenta con 58 emisoras en AM y 24 en FM). Entre las emisoras de interés público, el 35% pertenece a la fuerza pública (policía y fuerzas armadas), un 30% pertenece a entidades gubernamentales (alcaldías y gobernaciones) y un 19%, a Radio Televisión Nacional de Colombia (RTVC). Un 8% de las emisoras pertenece a colegios y universidades, y por último se encuentran las emisoras de los cabildos y las comunidades indígenas. En el registro del Ministerio de Comunicaciones no existen datos sobre emisoras pertenecientes a grupos afro- descendientes (Ministerio de Comunicaciones de la República de Colombia, 2007).”[6]



Asimismo, las estructuras de propiedad en la radio colombiana, también, se caracteriza por pertenecer a unos grupos económicos concretos. Entre los cuales se encuentran: “el Grupo Prisa (Promotora de Informaciones) de España, de la mano de Juan Luis Cebrián, el cual se asoció en 2002 con Valores Bavaria para crear el Grupo Latino de Radio (GLR) que tiene presencia en Colombia, México, Chile, Costa Rica, Panamá, Estados Unidos y Francia. Con esta sociedad Caracol Radio y sus filiales quedaron dentro del GLR con el 77,70% de las acciones (El Tiempo, 2002). El Grupo Prisa figura como socio mayoritario y cabe recordar que es dueño, entre otros, del diario El País de España, el diario As, Unión Radio, la editorial Grupo Santillana y cinco emisoras de televisión y de radio. Mientras tanto, RCN es parte de la Organización Ardila Lulle que, luego de posicionarse con su empresa de bebidas Postobón, diversificó su presencia en varios sectores de la economía. En los medios de comunicación es propietaria de RCN Televisión, RCN Radio, TV Colombia (canal transmitido por cable), Nuestra Tele Noticias 24 Horas (también emitido por cable) y RCN Entretenimiento, que realiza producciones musicales y de cine. La concentración de la propiedad de la radio en Colombia presenta dos tendencias fundamentales. Una, el posicionamiento de RCN y Caracol como las cadenas más fuertes y monopólicas del mercado a partir de un proceso histórico que les permitió no tener competencia y de la inyección de capital de los conglomerados industriales que entraron al mercado para respaldarlas. Segundo, la entrada de multinacionales extranjeras, como ocurrió en el caso de la compra de Caracol Radio por parte del Grupo Prisa, que posibilitó a la radio colombiana tener presencia en otros países de América Latina y ser parte de una de las empresas de medios más fuertes de Hispanoamérica”[7].

LA TELEVISIÓN


La televisión. El panorama de la televisión en Colombia[8]:

Según la Comisión Nacional de Televisión, existe una organización en Colombia en donde actúan dos canales privados: RCN de la Organización Ardila Lülle y Caracol que es del Grupo Santo Domingo. Mientras tanto, existen ocho canales regionales públicos que se efectúan bajo el Estado,  algunos de ellos son: Tele Islas en Isla de San Andrés, Teleantioquia en Antioquia, Canal Capital en Bogotá, entre otros. Sin embargo, se encuentra un característico canal privado de cobertura local CityTv, operado por la Casa Editorial El Tiempo.



[1] Comparar con Lusy Amparo Mera [En línea] “La estructura de los medios masivos de comunicación en Colombia”. Disponible en http://sites.google.com/site/alejapedagogia/la-estructura-de-los-medios-masivos-de-comunicacion-en , recuperado el 11 de abril de 2012 (6:36pm).
[2] Ver Mera Lusy A. “La estructura de los medios masivos de comunicación en Colombia”.
[3] Ver Mera Lusy A. “La estructura de los medios masivos de comunicación en Colombia”.
[4] Comparar con Mera Lusy A. “La estructura de los medios masivos de comunicación en Colombia”.
[5] Ver Mera Lusy A. “La estructura de los medios masivos de comunicación en Colombia”.
[6] Ver Mera Lusy A. “La estructura de los medios masivos de comunicación en Colombia”.
[7] Ver Mera Lusy A. “La estructura de los medios masivos de comunicación en Colombia”.
[8] Comparar con Mera Lusy A. “La estructura de los medios masivos de comunicación en Colombia”.